domingo, 24 de agosto de 2008

Ébano y Ryszard

Todos hemos oido hablar de África, ese continente desconocido, aquel que fue repartido durante años y años. Cuando oimos África lo primero que viene a la cabeza es hambre, pobreza y subdesarrollo.

Sin embargo, detrás de estos tópicos generalizados, pese a ser reales, nos encontramos un mundo pluricultural lleno de riqueza. Siempre ha parecido que los africanos no tienen nada que enseñarnos, pero si volviesemos la vista atrás varios miles de años, nos daríamos cuenta de que toda la cultura del mundo procede de este apartado continente.

Nosotros que incluso nos pensamos superiores, nunca hemos mostrado interés en estos paises que siempre han estado ahí aunque no siempre de la misma manera política, existen de esta manera paises artificiales en el que los europeos hemos mezclado etnias que estaban en guerra mucho antes de su llegada. Estos hombres han sido explotados y esclavizados, tratados de mala manera y haciéndoloes perder la dignidad de personas que son.

En otros casos han sido utilizados burocráticamente para ganar más dinero, estando ellos ahora igual de pobres. No hemos llevado riquezas, no hemos llevado alimentos, no hemos llevado oro ni plata. Hemos entregado armas a pueblos en guerra que provoca masacres aún mayores.

Resulta curioso que haya poblaciones menor al centenar de personas y mantengan siempre el mismo régimen demográfico. Curioso es también sus creencias, pues todas las tribus creen un varios dioses, por ejemplo el dios protector de las vacas, que en algunas tribus es sag rada.

A Ryszard nunca le importó ganar dinero, él es un homre que siempre buscó la verdad, nunca se vendió por nada del mundo, pese a enfrentarse a animales salvajes y poner en peligro su vida, incluso a pasar enfermedades como la malaria.

La mayoriá de los niños africanos no tienen la posibilidad de ir a una escuela y recibir una educación, por lo que muchos de ellos también se van a la guerra y lo que ello supone su indiferencia ante la muerte, pues las armas son consideradas como juguetes, poniénd a los susodichos en el priemr frente de batalla.

En África hay mucho desierto tórrido, y un hombre no puede sobrevivir más de dos días sin agua. En África también hay grandes secretos como la muerte de los elefantes, que evidentemente casi ninguno de vosotros habeis visto morir a un elefante.

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